viernes, agosto 13, 2021

Cada ojo como un cuarzo

 

Arte: Joao Rías 

Cada ojo como un cuarzo,

como enterrados en la tierra,

escondidos a mi lado.

La pintura en mis manos,
mi voz temblando,

yo cayendo,  tropezando.
Cada ojo como un cuarzo,
como sombra a mi costado
sus manos de copal encendido

me ayudaron a escalar.

Yo temblando, mi voz escalando
rezando a una diosa lunar,
ahora, me dejo llevar por el ensueño extranjero, 

miro sus ojos, sus pupilas se esconden y me apagan la luz. 
Cada ojo como un cuarzo,

en la oscuridad siento sus movimientos, 

serpentean como un río, me acaricia el mar, 

quimera ondulante, azúcar morena 

con su lengua me envenena y yo muerdo la manzana, 

su lengua me quema, su cuerpo vibra, 

su piel me llama, me quema. 

Consumida en un incendio mortal, 

le pido más,  me brota lava y obsidiana, 

me envuelve, le pido más. 

Me encienden la luz,  

y mis ojos se abren 

¿dónde está mi serpiente? 

¿Mi Uroburos, mi eternidad? 


 

II


Las mariposas en el cuello,

hicieron melodía lo innombrable.

Sus manos me encontraron y mi piel se descubrió,

soy la caricia dulce que bebió sus sueños blancos;

la leche y miel de su templo me inundó.

Soy la respiración cortada,

que desnudó a su ser en un momento,

soy la mirada fija que lo dijo todo,

soy las mariposas que lamieron,

comieron y murieron a tiempo.

Soy la copa que se vació,

para llenarse de la música mística de su voz. 

Soy, y me reconozco en su calor.