viernes, agosto 13, 2021

Cada ojo como un cuarzo

 

Arte: Joao Rías 

Cada ojo como un cuarzo,

como enterrados en la tierra,

escondidos a mi lado.

La pintura en mis manos,
mi voz temblando,

yo cayendo,  tropezando.
Cada ojo como un cuarzo,
como sombra a mi costado
sus manos de copal encendido

me ayudaron a escalar.

Yo temblando, mi voz escalando
rezando a una diosa lunar,
ahora, me dejo llevar por el ensueño extranjero, 

miro sus ojos, sus pupilas se esconden y me apagan la luz. 
Cada ojo como un cuarzo,

en la oscuridad siento sus movimientos, 

serpentean como un río, me acaricia el mar, 

quimera ondulante, azúcar morena 

con su lengua me envenena y yo muerdo la manzana, 

su lengua me quema, su cuerpo vibra, 

su piel me llama, me quema. 

Consumida en un incendio mortal, 

le pido más,  me brota lava y obsidiana, 

me envuelve, le pido más. 

Me encienden la luz,  

y mis ojos se abren 

¿dónde está mi serpiente? 

¿Mi Uroburos, mi eternidad? 


 

II


Las mariposas en el cuello,

hicieron melodía lo innombrable.

Sus manos me encontraron y mi piel se descubrió,

soy la caricia dulce que bebió sus sueños blancos;

la leche y miel de su templo me inundó.

Soy la respiración cortada,

que desnudó a su ser en un momento,

soy la mirada fija que lo dijo todo,

soy las mariposas que lamieron,

comieron y murieron a tiempo.

Soy la copa que se vació,

para llenarse de la música mística de su voz. 

Soy, y me reconozco en su calor. 


miércoles, enero 16, 2019

Chocolatina 2013


La bodega; el lugar está repleto de trabajadores, todos cargan, arman y desarman cajas,  se mueven rápido, todos parecen saber lo que hacen, todos parecen estar en el lugar y el momento correcto. Junto a la bodega está la oficina, y allí, sentado, el tipo que firma y apunta en mi tarjeta de trabajo la hora a la que entro, la hora a la que salgo y también revisa mi bolso a la salida.Llego entonces, a cinco minutos para las diez de la mañana, corro, el sujeto firma sosteniendo mi tarjeta en su mano, apenas saludamos. Junto a los casilleros está un espejo con una frase: “Este es el empleado que más colabora” reviso que mi labial esté solamente en mis labios, que mi cabello esté en su lugar y que mis ojos no hayan amanecido fuera de su lugar. Entonces guardo mi cartera en un casillero, que por cierto-no tiene candado- mismo que comparto, no sé con quiénes. Alcanzo a sacar dos pastillas, me las pongo bajo la lengua, y estoy lista.
Llego al compartimento de mis chocolates. De pronto pasa una pareja con un bebé:
-Hola buen día ¿Desearía llevar chocolates? son bombones con avellana-digo sonriendo -No, mire, estamos a dieta, pero gracias-dicen ellos mientras se alejan a prisa  - Está bien. Que tengan un buen día.La situación se repite varias veces, todos se ven idénticos, un par de veces pregunto lo mismo a la misma persona, y esta me dice: -Señorita ya me ofreció y le dije que no. Es increíble cómo la gente-sus rostros-se convierten en lo más común, tanto que mi cabeza ni siquiera puede retener su rostro CINCO MINUTOS.Siempre he sabido que les gusto a los hombres mayores, me enferman. Mi trabajo es sonreír. Es una gran ironía. Sus mujeres a veces ignoran que yo les sonrío, pero ellos-ellos sí que lo disfrutan.Cuando llegan solos, para hacerse los galanes, no les hace falta más que decirme:-¡Pero, es usted un chocolate!-No tengo a quién regalar-seguido de una carita triste -¿Y si le compro me da su teléfono?-¿Y esos ojazos mi amor?-Si usted viene con los chocolates, claro que compro.-¿Cuál es su nombre?- Salomé, ¡Pero qué nombre tan bello! ¿Bíblico verdad? Déjeme ser su sansón (?)                        -Eh, no. Y no,  la pareja era Sansón y Dalila- respondo, sonriendo aún.Los jóvenes, reproducen las palabras de los hombres mayores casi exactamente, pero demasiado nerviosos. Otros, creen parecer seguros y sabrosos- no les funciona en absoluto. Las madres, dicen que están en dieta. Las ancianas y ancianos dicen que tienen diabetes. ¿Acaso a nadie le gustan los chocolates? Los niños y niñas, me adoran, piensan que soy un dispensador. Son como sanguijuelas, se me pegan todo el tiempo.  Las horas pasan tan despacio en la mañana, las horas pasan tan despacio en la tarde.Las demás impulsadoras, no son jóvenes pero sus ojos brillan. Adoran hablar de sexo, en cada oportunidad. Cuando la jefa no está cerca se juntan para reír y cuchichear, preguntar la hora y sobre todo ansiar juntas que termine el primer turno. Una de las cotorras entrega muestras gratis de empanadas horneadas, otra entrega jugos de fruta congelada, otra,  muestras de whysky y agua con gas, etc. Y yo, chocolates, sobre todo, sonrisas. Lucho en un mar de sensaciones, tengo de esas sonrisas que nacen del alma, luego se vuelven tediosas, y terminan con mueca, una mueca amarga. Finalmente, la sonrisa es una mueca.
Según mi gran estudio de mercadeo, puedo decir que las personas con dinero se ven más felices, son más felices, al ser tan felices, se ven más bellas y sobre todo hacen lo que se les da la gana. El dinero es el amo, y yo soy su esclava, yo sonrío y finjo amabilidad pensando en él. El dinero es el gran chulo, él es quién nos da golpizas si le fallamos. Todos nuestros culos, le pertenecen. Nos entregamos desnudos, le damos nuestra vida, nos enamoramos de él. Vivimos con él. La lluvia no para, enciendo un cigarrillo, terminó el primer turno. Ya no sonrío, ya no me pagan por sonreír. Almuerzo cerca, la comida es un asco. En esta ocasión la gente, se reunió y en nuestras tres horas libres, decidimos beber unas cervezas. Todas, todos, con vidas problemáticas, casados, solteros, con hijos, no tienen tiempo para beber-nunca. Y yo, sentada, en aquel bar junto a una rockola, por fin me sentí en casa, cómoda como nunca.De vuelta en el mundo de la libertad de consumo, yo con mis dos pastillas bajo la lengua, sonriendo y ofreciendo chocolates a cualquier mozalbete. Recibiendo feliz cualquier comentario fuera de lugar, de cualquier desubicado perdido en el tiempo salido de cualquier lugar. 
El tiempo pasa despacio, en la mañana y en la tarde. Se acerca la jefa y debo sonreír aún más. 
Termina mi turno y la lluvia no para. Después de un eterno viaje, debo tomar otro autobús, miro a la gente. Vendedores ambulantes, abrazándose, riendo, escribiendo sus nombres en los autobuses mojados por la lluvia cuando el semáforo está en rojo. Los amo por un minuto, me asombra la inocencia y la simpleza de sus almas. No saben del vacío, no saben lo que es intentar explicarse la vida a uno mismo. Los amo por otro minuto pero se acaba mi cigarrillo.


miércoles, septiembre 02, 2015

Hilo rojo

La luna crece,
tus pupilas, mis senos, mi amor crecen.

Mi ciclo respira,
redondo y caliente.

La luna está roja
y mi bruja te mira desde adentro,
tú, besas mi vientre.

Tu beso onírico, 
me completa la estrella,
mi luna roja
te enciende la boca.


La luna nos amarró el hilo rojo,
 ella hizo un nudo doble
que no queremos desatar.

martes, julio 29, 2014

Vestidos de Dinamita -Gioconda Belli

Me tengo que ir a comprar las pinturas con las que me disfrazo todos los días para que nadie adivine que tengo los ojos chiquitos (como de ratón o de elefante). Estoy yéndome desde hace una hora pero me retiene el calor de mi cuarto y la soledad que, por esta vez, me está gustando y los libros que tengo desparramados en mi cama como hombres con los que me voy acostando, en una orgía de piernas y de brazos que me levantan el desgano de vivir y me arañan los pezones, el sexo, y me llenan de un semen especial hecho de letras que me fecundan y no quiero salir a la calle con la cara seria cuando quisiera reír a carcajadas sin ningún motivo en especial más que este sentirme preñada de palabras, en lucha contra la sociedad de consumo que me llama con sus escaparates llenos de cosas inalcanzables y a las que rechazo con todas mis hormonas femeninas cuando recuerdo las caras gastadas y tristes de las gentes en mi pueblo que deben haber amanecido hoy como amanecen siempre y como seguirán amaneciendo hasta que no nos vistamos de dinamita y nos vayamos a invadir palacios de gobierno, ministerios, cuarteles... con un fosforito en la mano.

miércoles, junio 19, 2013

Almivar

Me encuentro besando a un durazno. Me quedaría con él toda la vida, dejaría de esperarte.
Besaría al durazno dulce, podría morderlo, masticarlo, se deslizaría por mi boca, luego sería parte de mí y sería sólo mío, sin tener que doler-la más bella historia de amor.
A vos no te duele. 
Yo me siento, tomo el pincel…termino un cuadro, te lo muestro, dices: ¡Bien!, más bien no dices nada.
A vos no te duele nada.
Yo duermo incesantemente. Despierto sedienta, reconozco mi habitación reconozco mis manos llenas de pintura, mi cuerpo retorciéndose  y las pocas ganas de continuar  con esta vida, tan patética de sube y bajas desquiciantes.

Despierto semidesnuda y colorada, son las dos de la tarde y me dispongo a leer.
La música clásica y el durazno me entretienen un poco.
Tu recuerdo me cuelga de los cabellos, me entretengo un poco más.
A mí me duele todo. 
A vos, no te importa nada. 

viernes, junio 07, 2013

Mariposas junto a ti

Respondes a una pregunta existencial fingiendo la voz.

-¿Quién es?
¿Quién soy?
¿y qué si te respondo que no soy,
que solo soy a veces y soy a medias,
que diez mil caras me cubren el rostro?
Que soy un pedazo de color mojado que desprecian los perros,
el blanco perfecto de la lluvia
y que tengo antorchas aprisionadas en la cabeza.


 Me adornan un par de hálitos apocalípticos por andar escribiendo poesía
y voy por las calles timbrando a las casas y nadie me ve.
Corro, nadie me escucha.
Nadie atiende a sus puertas,

sólo tú me escuchas.
Yo soy quien llena recipientes vacíos sobre los que se posan las mariposas y los grillos.
Grillos que copulan en tu oído, grillos que se deshacen en tu boca.
Recipientes vacíos que se llenan de tu luz.
Gusanos recorriéndote la espalda y dejando su huella sobre los campos abiertos de tus nalgas,
gusanos recorriéndote la espalda y besándote los hombros, sí,
la muerte descabellada huye de los abismos para besarte a ti,
a tus gusanos, a tus grillos y mariposas
a darte un beso por cada canción escrita, una mordida por cada noche fría.
Mariposas junto a ti.

jueves, mayo 16, 2013

Podrida



Tan podrida,

reducida al amor,

amando las cadenas

besándolas a diario,

el dolor ajeno me roe el cuerpo,

siento-o creo que siento- el denso y oscuro dolor del mundo
mordiéndome la espalda,
besándome el cuello.

Mi cabeza se llena de aguas negras,
el vacío compone mi corona,
y el frío de este sábado lluvioso
me rompe los huesos  con delicadeza,
jugando, al azar.



Tan podrida, reducida al amor,
a sus daños,
a los rasguños en mi cuerpo,
a las costras resecas, frías 
al odio a solas.

Tan podrida,
como un ser de caverna,
dependiente como una muñeca,
soy una explosiva daga inerte
clavada en el corazón del mundo.



Mi cabeza, mis senos,
mis piernas, mi sexo,
tan podridos,
tan solos, 
tan llenos de frío.

Vos, ¿Que te creerás?
yendo por ahí,
presumiendo vanamente
la fuerza cósmica nuclear lunar,
la vida-...chukcha

que me has robado.

lunes, mayo 13, 2013

Por el caño


Despertar, hace lo usual
esconderse en el baño
para sacarse la ropa
mirarse la piel desnuda,
mirarse la cara desnuda,
mirarse el color de las venas, de los senos,
senos pálidos, endurecidos, desnudos
senos, venas.
Lo usual es,
pararse bajo el chorro de agua,
lavarse el cuerpo,
como si el agua sanase las heridas del alma,
esconderse y desaparecer,
irse con el agua por el caño.