Un despertar de ideas,
deambulan brillantes de humus,
por las carreteras,
empleando nocivos lenguajes
dramáticos,
de AUTORIDAD
y melancolía por un pasado
que se arrastra por una tierra,
sucia ultrajada y mal humillada
de próceres asesinos.
deambulan brillantes de humus,
por las carreteras,
empleando nocivos lenguajes
dramáticos,
de AUTORIDAD
y melancolía por un pasado
que se arrastra por una tierra,
sucia ultrajada y mal humillada
de próceres asesinos.
Un despertar de ideas,
se desborda,
en un silencio que apenas
expira resignación.
Si bien no muere,
el despertar
redunda en decepciones
y calambres continuos
que derrumban los cajones
de orden disfrazado
en los cerebros humanos.
Vómitos sordos
de argumentos,
echan fuera,
el pueril conformismo,
y en un par de versos,
logran apenas rescatarse,
pocas sonatas de aliento.
Un rumbo,
dos pies,
espíritu encarnado
en materia orgánica,
incompleta y lerda,
pero trasciende…
-un poco de agua basta...
¡Seguro Nietszche!
dos pies,
espíritu encarnado
en materia orgánica,
incompleta y lerda,
pero trasciende…
-un poco de agua basta...
¡Seguro Nietszche!