Me encuentro besando a un durazno. Me quedaría con él toda la
vida, dejaría de esperarte.
Besaría al durazno dulce, podría morderlo, masticarlo, se deslizaría por mi boca, luego sería parte de mí y sería sólo mío, sin tener que doler-la más bella historia de amor.
A vos no te duele.
Besaría al durazno dulce, podría morderlo, masticarlo, se deslizaría por mi boca, luego sería parte de mí y sería sólo mío, sin tener que doler-la más bella historia de amor.
A vos no te duele.
Yo me siento, tomo el pincel…termino un cuadro, te lo
muestro, dices: ¡Bien!, más bien no dices nada.
A vos no te duele nada.
Yo duermo incesantemente. Despierto sedienta, reconozco
mi habitación reconozco mis manos llenas de pintura, mi cuerpo retorciéndose y las pocas ganas de continuar con esta vida, tan patética de sube y bajas desquiciantes.
Despierto semidesnuda y colorada, son las dos de la tarde y
me dispongo a leer.
La música clásica y el durazno me entretienen un poco.
Tu recuerdo me cuelga de los cabellos, me entretengo un poco más.
A mí me duele todo.
La música clásica y el durazno me entretienen un poco.
Tu recuerdo me cuelga de los cabellos, me entretengo un poco más.
A mí me duele todo.
A vos, no te importa nada.